Te quedan 10 días antes de que el Jerte deje de ser blanco
La floración de un millón de cerezos cubre este valle cacereño de pétalos. Si quieres contemplarlo no esperes porque antes de dos semanas todo habrá terminado.
Y tras las lluvias… nieva en el Jerte. En este valle extremeño se pone a nevar cada primavera. Casi siempre por marzo, a veces, como este año, en abril. Un millón de cerezos abren sus flores blancas y una nieve de pétalos rompe el paisaje verde y azul de este bellísimo rincón del norte de Cáceres y sus comarcas limítrofes, refugio de Alejandro Sanz, Sergio Peris-Mencheta, Ana Rosa Quintana, Marta Sánchez o Pepe Viyuela. El espectáculo que brinda la naturaleza es inolvidable. Se trata de una estampa tan bella como efímera porque apenas dura un par de semanas, entre finales de marzo y mediados de abril. Este año, sin embargo, la floración tardía por culpa de las abundantes lluvias hará posible disfrutar del festival de flores hasta casi final de mes.
Los primeros brotes aparecieron la segunda semana de abril, cuando apenas un par de días de sol sustituyeron a la insistente lluvia que ha tenido a los vecinos del Valle del Jerte con el corazón encogido por el exceso de agua (ha caído el triple de lo habitual). De hecho, la celebración oficial de la Fiesta del Cerezo tuvo lugar con la Semana Santa de por medio y sin un solo pétalo en los árboles. La fuerza de la luz del sol fue, finalmente, un empujón vital para la flor, que asomó igual que lo sigue haciendo estos días, como ya han podido comprobar los turistas que se han acercado a disfrutar de este impresionante paisaje de algodón. A esas once mil hectáreas de cerezales se une la sinfonía de aguas abundantes y cristalinas que manan de los ríos, cascadas y manantiales que brincan por toda la comarca.
Motor económico
El relajante sonido del agua perdurará, pero el espectáculo níveo tiene sus días contados. Cuando la flor se marchite y caiga aparecerá el fruto, la cereza, el motor económico de los once pueblos del Valle del Jerte y en parte de sus alrededores (comarcas de La Vera y el Ambroz). De hecho, la cereza y sus distintas variedades, incluyendo la sabrosa picota, supone el 80% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona. Unas 3.500 familias y otras 1.000 personas contratadas se emplean en la recolección de la cereza en el Jerte. Cada recolector viene a ingresar unos 5.000 euros por campaña. Si todo marcha sobre ruedas, se recogerán 30 millones de kilos, pero rara vez se llega a la mitad. El 60% irá destinado al mercado interior. En el exterior los principales consumidores son ingleses, alemanes y últimamente rusos, si bien llevar cerezas a Moscú tiene su coste, por la lejanía, y su riesgo, por la condición perecedera del fruto y la merma de su calidad. A donde seguro que no llegan las picotas del Jerte es a Japón… allí se da también en primavera la bienvenida a la sakura, la flor del cerezo, con la que comienza a celebrarse el hanami, el llamado festival de las flores. Pero Extremadura está más cerca.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!