Otoño en el Valle del Jerte
El otoño es una época preciosa para venir a disfrutar del Valle del Jerte. Sus paisajes, pueblos, gargantas, ríos y gastronomía son algunas de las razones por las que no puedes dejar de venir durante esta época del año, que por sus colores se vuelve mágica. ¡Te esperamos!
Entre las estribaciones occidentales de la Sierra de Gredos y la ciudad de Plasencia se encuentra la comarca serrana de “El Valle del Jerte“, por la cual discurre el río Jerte, afluente del río Alagón, tributario a su vez del Tajo, aprovechando el accidente tectónico de la Falla de Plasencia.
Enclavada entre los montes de Tras la Sierra y la Sierra de Tormantos, sierras que superan los 1000 metros de altitud, en la parte más septentrional del Valle se encuentra el pico más alto de Extremadura, el Torreón del Calvitero, con 2.401 metros de altitud.
El Valle del Jerte ha sido históricamente paso natural entre Extremadura y las tierras del Duero. Tierras de trashumancia, todavía se emplea el Camino Real para conducir al ganado en su viaje a los pastos de verano.
El nombre que procede del árabe Xerit, puede significar angosto o cristalino, siendo el río Jerte ambas cosas a la vez. Nacido a unos 1800 metros de altitud, en los altos de Tornavacas, desde donde se divisa el valle en panorámica, cuando pasa por Plasencia, 50 kilómetros después, ya se encuentra a unos 345 metros. En su breve trayecto recoge las aguas de arroyos, gargantas y fuentes que convierten este pequeño gran valle cacereño en un jardín botánico.
El Valle del Jerte nos invita en cada instante a descubrir las sorpresas del paisaje: el salto de la trucha que remonta la corriente, la seta jugosa que esconde el robledal, el postrer destello púrpura que arranca el sol a los neveros, vagar por umbrosos senderos que serpentean la montaña, dejarse caer junto al amial acunado por los cálidos mugidos de las vacas, mojar el cuerpo en las chorreras espumosas de cualquier garganta.
Un río que ofrece numerosos y acogedores charcos donde nadar, fluir, flotar, o simplemente contemplar, al igual que las enérgicas gargantas:
Los Papúos, Los Buitres, Las Nogaleas, De San Pedro, La Puria, De Marta, Las Rayuelas, Los Sotillos, Tornadero, La Serrá, San Martín, Del Bona, Los Infiernos. Bajo sus aguas pueden contemplarse buenos ejemplares de truchas del país, las de pintas rojas, sorprenderse a la lúcida nutria buceando en los ensotados recodos, y al incansable Mirlo acuático que se sumerge ante nuestra sorpresa.
Abrazado por Alisos, Fresnos y Sauces, junto a Almeces, Encinas y Robles, y los provechosos Cerezos, Castaños y Olivos, el río Jerte está protegido y reconocido a nivel europeo como “ZEC”, Zona de Especial Conservación, junto con el Río Alagón, para invitar a su respeto y conservación, tal será su valor y representatividad.
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